Con este relato de 99 palabras he participado en el concurso que Miguel Ángel Molina ha organizado para celebrar el 2º aniversario de su blog: En 99palabras
Y en este enlace el concurso: Concurso En 99palabras
Al fondo se despereza la ciudad, entre la niebla de la contaminación y la bruma del sol, que parece tener el mismo sueño que mis compañeros de viaje y se resiste a salir. Mientras, el campo brilla en todo su esplendor madrugador: los pájaros felices buscan pareja para compartir la primavera; los regatos, antes ríos, prefieren ignorar la sequía y devuelven el brillo de su escasa agua, los ciervos buscan alimento entre las retamas y las encinas.
El tren me traslada por este paisaje de marzo engañándome... la próxima estación me lanza a la rutina diaria de la oficina.
Esto mismo lo siento cada día pero con las montañas, el mar... me engañan y luego me meto en casa a trabajar, la rutina diaria. Por bonito que sea el paisaje el trabajo es el mismo cada día ¡y demos gracias!
ResponderEliminarBesazos y enhorabuena
Bueno, pero solo ver el paisaje es un regalo no? Ana, me encanta leerte.
ResponderEliminarAna, yo hago tu mismo trayecto pero en dirección contraria y tengo la misma sensación. Cada día la sierra me regala un precioso amanecer y pienso “sólo por esto ha merecido la pena madrugar..." pero cuando ese espejismo se diluye en mi retrovisor sería el momento perfecto para volver a casa y meterme de nuevo en la cama.
ResponderEliminarMe consuela pensar que quizás trabajar es el precio que tengo que pagar por contemplar algo tan bello.
Besos Mabel.
Pero es una hermosa manera de empezar el día, un bonito paisaje te impulsa para empezar, al menos a mí.
ResponderEliminarSaluditosss!
Pasada la rutina de la oficina........ Siempre nos quedará Madrid. Sabes bien de lo que te hablo.
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