Esa luz le hizo recordar otro cielo, otras estrellas, invisibles en la ciudad pero de un brillo realmente mágico en otras noches.
Esa luz le evocó los olores de la madrugada, en el silencio de las calles vacías donde sólo se oía el eco de sus pasos.
Cerró los ojos, respiró hondo, el fresco recuerdo de esos olores llenó todo su cuerpo, toda su alma. Se tumbó en la cama y se durmió…
Esa luz la despertó a la hora en la que estaría oyendo el eco de sus pasos y oliendo el frescor de la madrugada,
y esta vez no se durmió.
Con este relato participé en el Vendaval de Microrrelatos 2011: http://vendavaldemicros2011.blogspot.com/
Anita, felicidades!!! Te sigo, ya lo sabes, mientras tu te dejas inspirar por la luna.
ResponderEliminarAbrazos
Bonito...me gusta....espero que ganaras!
ResponderEliminarAntonio (el de la facultad jeje)
Anita, muchas gracias por abrir mi ventana...
ResponderEliminarAntonio, no era un concurso, lástima, jeje. Gracias!
Ana! me ha gustado mucho! gran sorpresa...jejejejeje espero que nos sorprendas con muchos más!
ResponderEliminarUn besazo de una de las imperecederas.
Mj. del cole.